La nueva edición del Misal Romano, muestra por un lado la voluntad de mantener lo ya definido en las versiones anteriores, mientras que por otro muestra una ulterior evolución de los principios y contenidos teológico-eclesiales del Concilio Ecuménico Vaticano II, tanto en términos de reflexión como de redacción. Por tanto, el nuevo Misal Romano se basa en gran medida en la versión renovada en latín, con las adaptaciones culturales necesarias. Esto se debe a que el propósito principal del Concilio Vaticano II había sido promover el respeto por la tradición, pero ayudando al pueblo de Dios a acercarse de una manera más activa y participativa a las celebraciones.