Descripción
«Era una tela de algunos metros de larga y se exponía extendida como un tapiz o un mantel. Estaba amarillenta a causa de sus muchos siglos; unas huellas oscuras la recorrían de arriba abajo […] En realidad, sobre el tejido de lino y entre todas aquellas señales de deterioro, aparecía una forma dignamente dispuesta, apenas visible, de un color sanguíneo pálido. Y en medio de aquel color frágil y antiguo, que no puede describirse a quien no lo ha visto, se delineaba una imagen de forma humana, dos brazos, con manos de largos dedos, cruzados e inertes».