Descripción
Nunca hasta el 27 de septiembre de 1970, en que Pablo VI proclamó Doctora de la Iglesia a Santa Teresa de Jesús, la Iglesia había concedido a ninguna mujer esta dignidad magisterial. Este acontecimiento fue uno de los muchos frutos que el Pueblo de Dios cosechó tras la siembra que Juan XXIII iniciara con la convocatoria del Concilio Vaticano II. Había llegado la hora de acabar con el ostracismo eclesiástico que venía padeciendo la mujer. A Santa Teresa de Jesús la han seguido Santa Catalina de Siena y, muy recientemente, Santa Teresa del Niño Jesús (Santa Teresita de Lisieux). En esta obra, su autor ahonda y presenta con claridad la singularidad y grandeza de la doctrina espiritual de las tres santas doctoras.
Antonio Royo Marín, dominico, es autor en la BAC de más de una veintena de obras; de ellas recordamos las tres últimas: Alabanza a la Santísima Trinidad (1999), Ser o no ser santo… Esta es la cuestión (2000), Por qué soy católico. Confirmación en la fe (2001).